podría ser un chico normal, en cualquier cuidad europea. sin embargo esas botas marcan la diferencia, una profunda diferencia. no son botas normales, de las que puedes llevar tranquilamente en situaciones cotidianas.
estas son botas fetichistas, botas de un amante del cuero. las botas son un fetiche, su conexión con un placer que pocos comprenderán.
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