domingo, 7 de septiembre de 2014

día 1698 de esclavitud, 145 de castidad

este año el perro intuye que su entrenamiento estará destinado a cumplir la última máxima del Dueño: que sea capaz de soportar el dolor sin quejarme, en silencio. es algo que excita mucho al Dueño, saber que el perro está sufriendo pero que éste no exprese nada. ya ocurrió algo parecido en el entrenamiento para la castidad. el perro podía ordeñarse entonces, pero no debía emitir ningún sonido, ni manifestar ninguna muestra de placer. los animales aún expresan sentimientos, aunque no puedan decirlos con palabras; sin embargo los objetos ninguno. tal vez el Dueño pretenda que el perro tome más conciencia de su objetificación, de que va camino a convertirse en una propiedad sin palabras y sin emociones, únicamente destinado a servir. sin juicio, sin voluntad, sin derechos....
cuando el perro ha estado físicamente a los pies del Dueño, Este ha puesto una libreta cerca y el perro ha pasado mucho tiempo amordazado, usando la libreta si tenía que expresar algo. es intenso estar así, porque descubres que tu palabra no es necesaria. la comunicación se reduce al mínimo posible, y ves lo poco que es necesario decir cuando estás bajo la autoridad de alguien que se encarga de todo. en esta dirección entiende el perro este entrenamiento que se aproxima, y que le va a costar porque, como ha dicho el perro en muchas ocasiones, no es un masoca y el dolor le da cierto miedo. sin embargo la sumisión que siente es infinitamente mayor que el miedo que pueda sentir.
obediencia ciega para el esclavo,poder absoluto para el Amo

No hay comentarios: