viernes, 5 de septiembre de 2014

día 1696 de esclavitud, 142 de castidad

nada más llegar a casa, tras el trabajo, el perro suplicó al Dueño que le permitiera usar la jaula de plástico en vez de la de metal, que es la que ha estado llevando hasta ahora, al menos durante el fin de semana. también el Dueño añadió que no usara las botas este fin de semana. el calor está siendo intenso y las botas están haciendo un poco de daño al perro, pero sin ellas el perro se siente desprotegido.
sin embargo durante la mañana las llevó. irónicamente parece que el nuevo cargo tiene el efecto justo contrario al temido: en vez de reducir la sumisión, la aumenta. así al menos se ha sentido el perro durante toda la semana. esta mañana, nada más llegar, se sacó dos fotos de las botas y se las envió al Dueño.
la sumisión está muy a flor de piel, demasiado a flor de piel. parece como si cuanto más tuviera que decidir el perro, más ganas tiene de ser encerrado en una jaula definitivamente.
"Tú llevas la sumisión en la sangre". esta fue la frase lapidaria que el Dueño envió al perro por la mañana, antes de comenzar la jornada laboral. es impactante no por lo que dice, por el significado, sino porque define perfectamente lo que el perro siente y desea. efectivamente llevarlo en la sangre significa que si no la realiza, si no vive en sumisión, su vida no será completa ni plena. forma parte de su ser y huir de ella sólo traerá tortura y sufrimiento.
obediencia ciega para el esclavo, poder asboluto para el Amo.

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