el perro debe confesar que, aún sin ser masoca, ha sido torturado ligeramente con elementos que producen dolor, como pinzas en los pezones, mordazas dolorosas o formas de atar estresantes, pero nunca ha sido azotado con un látigo de varias puntas como el de la imagen... y sinceramente le gustaría, por tener la sensación, pero sobre todo por poder ofrecer al Dueño el sufrimiento consiguiente.
el dolor es una forma muy directa de romper al esclavo, de controlarlo, pero también de castigarlo. a pesar de lo idílico de la chimenea, la escena de hoy tiene mucho dolor en sí.
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