como en otros momentos la no-vida y la vida parecen entrar en una especie de hibernación, en la que no pasa nada. sin embargo eso no reduce ni un ápice lo que depende el perro de su Dueño. el vínculo sigue intacto porque no depende de las cosas que haga sino de lo que es y del lazo establecido entre Dueño y esclavo.
estos días de verano son de esos días en los que parece que nada sucede. las vacaciones tienen eso, que parecen todos los días iguales.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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