lunes, 11 de agosto de 2014

día 1670 de esclavitud, 118 de castidad

hoy una pareja de tios se cruzó con el perro y los dos le desnudaron con la mirada, literalmente. es algo que no ocurre a menudo, al menos al perro. inmediatamente el ego enseñó las orejas. sin embargo el perro lo controló. sentirse deseaado está bien, especialmente en el extranjero, por unos desconocidos, pero volvió a surgir el tema de su hubiera tenido una posibilidad de acostarse con estos dos ¿qué habría pasado? la respuesta es evidente para cualquiera de los lectores del blog: nada. aunque fueran unos tios buenísimos, con un cuerpo que quita el hipo, todo cubierto de cuero y llevando las botas más altas y brillantes que se podrían llevar, poco importaría eso. no pasaría nada. el perro ya no controla su sexo, no puede decidir con quien tener relaciones o no, ni siquiera puede tocarse sin sentir cierta alienación porque su polla ya no es suya. el Dueño se ha aposentado en su cerebro y ha establecido que el placer sólo lo dictamina Él. de hecho la última vez que estuvo en presencia del Dueño, el perro se ordeñó, sin placer ninguno, así que sigue constando que está en castidad, en privación o negación del placer. fue una experiencia desagradable además. el perro se sintió sucio y culpable. el placer en el sexo es algo humano, y el perro está por debajo de eso. no tiene derecho a sentir placer.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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