hay algo que no se puede conseguir por otro medio, al menos para un esclavo: la paz que produce el bondage. un esclavo que se entrega a su Amo para ser atado confía en otra persona tanto como para estar a su merced. cuando se siente impotente porque no se puede mover, entonces le inunda una extraña y profunda sensación de paz. se deja ir, se deja llevar.
por su parte el Amo recibe la satisfacción de la entrega, de estar al mando, de controlar al esclavo, de sentirlo suyo y en su poder. es una simbiosis casi perfecta.
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