jueves, 31 de julio de 2014

día 1659 de esclavitud, 107 de castidad

por fin hoy el perro se ha puesto a los pies de su Dueño, después de casi tres meses. el perro se levantó muy temprano porque el avión salía a las seis y media. rápidamente metió lo imprescindible en una mochila y salió para el aeropuerto. el viaje fue más llevadero de lo que pensaba y se le hizo corto.
el Dueño tenía cosas que hace, así que el perro cogió el metro para el centro. primero fue a fnac a cumplir su encargo. hacía calor y sudaba mucho. en fnac se estaba bien y el perro encontró lo que buscaba. luego fue hacia chueca, a sr. allí compró una mordaza de cuero tipo brida de caballo, para ofrecérsela al Dueño por su santo.
a continuación siguió hacia berkana donde se encontró con un nuevo comic de tagame. bueno, el comic es antiguo pero ha sido editado en papel en inglés. el perro compró uno para él y otro para el Dueño. ese es uno de los rituales. todo lo que se ha publicado en españa de tagame lo tiene el Dueño y todo se lo ha ofrecido el perro en sus viajes. el perro siguió mirando libros, su debilidad. lo normal hubiera sido ir a d´mystic y tomar algo. eso es lo que el perro hace en todos sus viajes, pero esta vez no lo hizo y cogió rumbo a casa del Dueño. estaba bañado en sudor así que se paró a hacer tiempo en un bar donde pidió unas cañas y una cerveza.
recibió una llamada del Dueño diciéndole que debía estar en la puerta de su casa a las dos y cuarto, y allí fue.
nada más entrar, sin mirar siquiera al Dueño que había abierto la puerta, el perro cayó de rodillas y se agarró a sus botas, lamiéndolas. eran las sendra repujadas que siempre lleva cuando el perro llega porque fueron las botas que llevaba cuando perro y Dueño se encontraron por primera vez, porque fueron las botas con las que "capturó" al perro.
como en otras ocasiones empezó a hablar y a introducir al perro en un estado de subspace con sus frases tipo: "ya has llegado", "estas en casa", "esta es tu auténtica vida", "siente las botas de tu Dueño"., "agárrate a ellas porque nada malo te puede pasar", etc.
el perro iba entrando rápidamente en un estado de sumisión profundo sobre todo porque, además llevaba los pantalones de cuero. su olor, su tacto, ponía al perro a cien. a partir de ese momento el perro estuvo en un estado casi permanente de dolor porque llevaba puesta la jaula de metal, que se había colocado en barajas nada más aterrizar. eso le acompañó casi toda la tarde, el dolor de la excitación.
estaba el perro lamiendo sus botas cuando el Dueño se da la vuelta y, desde atrás, coloca al perro la cadena y el candado, el máximo símbolo de que es un esclavo de su propiedad. pero no siendo suficiente con eso, el Dueño le pone el collar de cuero negro que lleva sujeto una correa.
el Dueño también lleva una fusta con la que acaricia al perro, que sigue a cuatro patas lamiendo las botas y el cuero de su Dueño. entonces el Dueño tiró de la correa y llevó al perro a cuatro patas por todo el pasillo hasta un cuarto de estar donde había aire acondicionado. El se sentó en el sofá y el perro se tumbó a sus pies, poniendo su cabeza en su regazo, cubierto del cuero.
-Acaricia el cuero de tu Dueño, perro - dijo El.
la jaula dolió aún más. el perro estaba muy excitado y la presión aumentaba. sin embargo interiormente le inundó un sentimiento profundo de paz y tranquilidad. el perro no dejaba de acariciar las botas y el cuero de su Dueño, mientras El seguía hablando, diciendo cosas que perforaban la mente del perro como metiéndolo en un estado hipnótico.
-Para mi eres un objeto de mi propiedad, un ser inferior que sirve a un ser superior... es el orden natural de las cosas... así debe ser todo, tú a mis pies y yo sobre ti- decía el Dueño.
cada frase era como una gota que iba perforando la cabeza del perro haciendo que cayera por un agujero hasta el lugar más profundo de sumisión.
el perro había llevado una fusta que el Dueño llevaba en la mano hasta la sala de estar. la había llevado en la boca y el Dueño la cogió y empezó a decirle que le excitaba su dolor, que sufriera en silencio y le ofreciera ese sufrimiento. justo acababa de levantarse para salir al pasillo cuando el perro se quitó rápidamente la camisa y se bajó ligeramente los pantalones mientras se postraba entre las botas del Dueño. el culo quedaba en algo, al igual que la espalda y el mensaje era claro:"soy suyo y le ofrezco este cuerpo por si desea torturarlo".
el Dueño lo entendió enseguida y dijo: "Voy a darte diez, sólo diez, pero aumentando en intensidad. Tú agárrate a las botas"; y así lo hizo el perro.
fueron diez azotes que el Dueño dio al perro y con los que éste no se movió, ni emitió ningún sonido. cuando se hizo el diez, el perro se puso erguido de rodillas y se metió la polla del Dueño en la boca y comenzó a comérsela al tiempo que El lo acariciaba y le decía que estaba orgulloso de su perro. el perro estaba en la gloria.
a continuación el Dueño llevó al perro a su habitación y colocaron allí las cosas. luego el perro se duchó y al salir ya se puso las botas altas de goma. cuando se mira al espejo vio lo que realmente era, un perro esclavo porque sólo llevaba la cadena, la jaula y las botas.
antes de ducharse el Dueño le quitó al perro la jaula y le ordenó que se tumbara en la ducha boca arriba. el Dueño se bajó los pantalones y el perro supo lo que vendría a continuación. el Dueño orinó sobre su perro, tomando posesión de lo que es suyo, bautizándolo con su orina mientras el perro se humillaba y excitaba cada vez más. el perro también suplicó permiso y él mismo se orinó sobre él. sentir todo ese líquido caliente encima de uno le ayudó aún más a darse cuenta que había llegado a casa. cuando el Dueño terminó le ordenó limpiarse.
entonces lo llevó al dormitorio y el Dueño se tumbó en la cama. a continuación ató al perro las manos por delante y le puso la mordaza que éste le había ofrecido nada más llegar.
-"Es una mordaza muy de Dueño"- dijo el perro.
a continuación acarició al Dueño hasta que éste se corrió, tumbado a su lado, no sin antes atarle los pies al perro. tras esto llevó al perro a la cocina, aún con las manos atadas. allí lo desató y comieron, el perro con la cuerda atada al cuello.
después de la comida volvió a llevar al perro al dormitorio y dijo:
-Ahora quiero que te ordeñes.
ató las manos al perro por delante, le puso una mordaza de cinta y le quitó la jaula de metal. el ordeño fue una experiencia tremendamente desagradable para el perro. no tardó ni tres minutos, literalmente. la leche salió casi con dolor. no hubo ruido, ni un gemido y por supuesto no hubo orgasmo. el perro llevaba varias horas excitado y cuando creía que se iba a desahogar, tiene una de las experiencias más desagradables que recuerda con el sexo. sintió como vergüenza, pero también confusión. ¿será ya incapaz de sentir placer alguna vez? ¿ tan condicionado está con su vida en castidad? fue muy desagradable incluso como dice el perro, doloroso.
no lo compartió con el Dueño porque no venía a cuento pero algo se quebró en el perro: la certeza de que tal vez eso de que ya no tendrá un orgasmo no era una fantasía ni una idealización. sólo los hombres tienen derecho a orgasmos. los animales y objetos animados sólo podemos ser ordeñados como medida de salud.
hoy el perro se sintió un auténtico ser inferior, ordeñándose y los sentimientos que tuvo fueron eso precisamente. tras ordenar limpiarse, y limpiar lo que había en el suelo, el Dueño ató al perro en la cama: manos por delante con cueras y pies.
-Ahora, duerme una siesta, que te has levantado temprano.
y el Dueño salió dejando al perro atado en la cama. el perro durmió así durante un tiempo, dos horas le dijo el Dueño más tarde, porque no tenía forma de controlar el tiempo. en madrid el tiempo se altera para el perro.
cuando el perro se despertó el Dueño estaba en la habitación y salieron al cuarto de estar del principio.
llevaba una camiseta negra, las botas de goma alta, la cadena con el candado y la jaula dentro de unos calzoncillos. perro y Dueño estuvieron un rato hablando y entonces el Dueño volvió a atar al perro, esta vez con las manos a la espalda. luego ató los pies y puso al perro una fuerte mordaza de tela alrededor de la boca.
lo sentó en una silla y empezó a "jugar" con él. volvió a utilizar las palabras como forma de excitación: "Eres mio", "Me perteneces y puedo hacer contigo lo que quiera", "Necesitas ser humillado porque vienes muy subido"; "¿Verdad que necesitas humillación?". a todo esto el perro no pudo sino asentir con la cabeza.
entonces el Dueño hizo una cosa que no suele hacer al perro: le giró la cabeza hacia atrás y le escupió. si la intención era humillar al perro, el perro se sintió profundamente humillado, y eso en este caso, se traduce en una entrega aún más total y definitiva, una caída de barreras y resistencias.
a continuación empezó a hacer al perro breath control, sólo tapando la nariz del perro con los dedos. como tenía la mordaza puesta, el aire le faltó al perro en poco tiempo. el Dueño esperaba y hasta que el perro no se resistía en busca de aire, no lo soltaba para que pudiera respirar.
hizo eso un par de veces y a continuación el Dueño se corrió sobre el perro, en las botas que el perro llevaba.
después vino la cena y nos sentamos a ver una película. fue la primera vez que no se sentó el perro en el suelo a los pies de su Dueño.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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