como saben todos los lectores asiduos del blog, el perro distingue dos aspectos en su existencia. por un lado está su vida, aquella en la que es un perro esclavo, propiedad de un Dueño que vive lejos pero que compensa la distancia con su maestría a la hora de guiarlo, orientarlo, domarlo y entrenarlo. por otro lado está la no-vida, el trabajo y las responsabilidades que el perro asumió y tiene que llevar antes de conocer a su Dueño y entrar a formar parte de su vida. vive, por tanto, una especie de esquizofrenia que, hasta el momento, lleva a su juicio con cierta dignidad.
este blog sólo expresa parte de la vida, dejando la no-vida a un lado y tocándolo de modo tangencial. el motivo es muy variado: hay muchas personas involucradas en esa no-vida, personas conocidas públicamente, algunas influyentes, y otras que merecen mantenerse en el anonimato. el perro tiene acceso a la vida privada de mucha gente, por diferentes circunstancias, y últimamente aún más, debido a su nuevo cargo.
la reflexión de hoy viene porque para mucha gente que me trataría de enfermo, sería un logro llegar hasta el punto donde está profesionalmente el perro. sin embargo para el perro todo esto es temporal y tiene un sentido: formarlo y prepararlo para ser un mejor esclavo. ¿es posible mandar sirviendo? es lo que el perro desea comprobar en esta nueva etapa. ¿se puede vivir un cargo como un servicio? ahí está la cuestión. el tema importante es que no lo ha pedido el perro, y tampoco lo desea, de forma que lo puede dejar cuando quiera, e irónicamente, eso le da muchísima libertad de actuación, porque no está sujeto a ningún grupo o persona que lo "encumbrara". no llega debiendo nada, ni pagando un peaje.
paradójicamente la esclavitud es lo que le da libertad. no necesita quedar bien delante de nadie, porque sólo debe responder antes su Dueño. si El está contento, lo demás no tiene importancia. pero además el perro sabe que el Dueño exige de él un trato irreproclable, un comportamiento justo. nada de chanchullos y componendas. las cosas son como son y el perro intentará que sean como deben ser.
por supuesto el Dueño sabe todo del perro, su vida y su no vida y El también navega en esas dos aguas para poder llevar al perro a un puerto seguro.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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