miércoles, 2 de julio de 2014

día 1630 de esclavitud, 78 de castidad

hoy le ha vuelto la neura, positiva, al perro, de que ya no controla su sexualidad. su pene está encerrado y no le pertenece, no sólo por la jaula que lo encierra, sino por la orden de no masturbarse ni tener relaciones de ningún tipo.
es castidad, no celibato, y esto significa que la privación sexual es un medio para conseguir otra cosa: un estado de excitación más intenso y permanente, y con él, una mayor obediencia y sumisión.
llega un momento en que ese estado es tal, que no existe otra cosa y que hasta la jaula se hace innecesaria, porque sólo hay obediencia; solo hay sumisión, el Dueño se convierte en todo.
el perro sabe que está cerca de ese estado porque tiene que quitarse la jaula para limpiarla y sólo quiere volver a ponérsela de nuevo. durante esos instantes vislumbra lo que es, o sería, vivir sin jaula, sin estar sometido, sin control del Dueño. la mera idea resulta inquietante para el perro. sería un salto hacia atrás en su existencia.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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