bondage, latex y castidad, parece la combinación fetichista perfecta, al menos para el perro. los genitales afeitados pegan perfectamente con el brillo del latex. al fondo la esposa de cuero, con la argolla para ser atado. esta es la vida que quiere el perro, porque sabe que es la que quiere el Dueño: vivir controlado en su sexualidad, en sus movimientos, en su vida. no por mucho repetirlo pierde valor. de hecho ahora el perro está como el esclavo de la foto, solo que en vez de ser de plástico, su jaula es de metal y en vez de latex y muñequera el perro lleva botas permanentemente. los objetos pueden cambiar pero el fondo sigue siendo el mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario