sábado, 17 de mayo de 2014

día 1583 de esclavitud, 31 de castidad

la semana ha sido muy dura y aún no ha terminado. el trabajo está siendo intenso y el perro ha tenido que llevárselo para casa. eso significa que no ha podido romper con el ritmo y prácticamente todo se ha convertido en lo mismo.
aún así, o tal vez por eso, el perro está más pendiente del Dueño que nunca, más deseoso de verlo y de servirle, de obedecerle. es una constante. hay una relación directa entre la no-vida y la vida, y cuanto más intensa se hace una, más deseos tiene el perro de la otra.
gracias que las botas mantienen al perro fijo en el suelo y la jaula fija en su Dueño. han demostrado ser insustituibles en que el perro se mantenga constante en su sumisión.
supone el perro que muchos lectores del diario de un esclavo querrían leer relatos de sesiones intensas, de grandes manifestaciones de sumisión o de encuentros morbosos y feitchistas. pero este es un diario real sobre la realidad, y la realidad es mucho más prosaica que una película porno.
si alguien busca un blog para pajearse, posiblemente no sea este, pero el perro sólo puede garantizar la autenticidad en lo que escribe,y la sinceridad. todo lo demás se escapa a su control.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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