martes, 13 de mayo de 2014

cartas desde la mazmorra.

la mazmorra es, para el perro, un lugar seguro, un lugar donde estar y sentirse bien. en la mazmorra desaparecen los problemas, la necesidad de decidir, la obligación de actuar. la única norma es la regla y las órdenes del Dueño. para un esclavo una mazmorra es su hogar.
sin embargo, antes de llegar allí, hay que vencer a un temible enemigo: el miedo. el Dueño habló al perro esta semana de un esclavo que le comentaba eso mismo, que sabía lo que era, que siempre lo había sido, pero había tenido miedo, mucho miedo, de dar el paso, de seguir esta senda. el miedo había impedido que se arrodillara ante ningún Dominante. tenía ya mediana edad y había vivido la vida a medias, porque había tenido miedo de vivirla completamente.
el perro no puede dejar de preguntarse cuanta gente habrá en esa situación, donde el miedo controla su vida. el mismo perro conoce a varios en ese estado: esclavos que viven a través de la pantalla del ordenador una vida que desean vivir en la realidad, o que temen quedar con alguien "por lo que pueda pasar", o "lo que puedan decir". incluso una vez conoció a uno al que esta vida le llamaba, pero no se atrevía "por si le gustaba demasiado". el miedo, siempre el miedo.
a veces nos escudamos detrás de cosas: el ordenador, el móvil, una apariencia respetable... aunque la red ha ayudado mucho a poner en contacto a gente de los mismos gustos y con los mismos fetiches, la cyber-dominación nada es igual a un encuentro real de carne y hueso. el sonido de las teclas no puede compararse al del candado cuando se cierra o de las botas mientras se acercan a ti, indefenso por las cuerdas y la mordaza.
el miedo se puede vencer, tu propia naturaleza no. eres lo que eres, y por mucho que desees ser de otra forma, sentir de otra manera, desear otras cosas o personas, eso no se consigue. el miego desaparece, se difumina una vez que hemos conseguido sobreponernos a él. sólo entonces descubrimos que ha sido una fantasía, el fruto de una imaginación desbordante y engañosa. dejar que el miedo lleve las riendas es vivir a medias, no vivir. puedes huir y reprimir lo que eres, incluso eso son mecanismos que le gustan al miedo. el miedo es la herramienta de tu ego para que no te digas a ti mismo cuatro verdades y admitas cuatro realidades, que son precisamente las que harían que fueras feliz. la decisión es tuya, no dejes que el miedo la tome por tí.
feliz semana.

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