miércoles, 23 de abril de 2014

día 1560 de esclavitud, 8 de castidad

las cosas no ocurren por casualidad, dicen algunos, y la rotura de la jaula ayer tiene que significar algo. para empezar hoy el perro se ha puesto la jaula de metal, dispuesto ya a llevarla indefinidamente, dejando la de plástico para emergencias, o situaciones concretas, o sencillamente para descansar de la de metal. aún están los problemas que el perro planteaba ayer, pero los irá resolviendo sobre la marcha.
la primera sensación que tiene es que es más pesada y los genitales están más estirados. la de plástico los retraía,y los mantenía como unidos, mientras que esta hace justo lo contrario. por eso los calzoncillos ayudan más a mantenerlos.
aparentemente debería abultar más porque sólo se puede usar con candado ya que el perro lo intentó con las cinchas de plástico y fue imposible, al menos con estas que usaba con la jaula de plástico. sin embargo parece que disimula bastante bien el pantalón, aunque el perro debe estar atento de usar exclusivamente pantalones con espacio suficiente para la jaula.
en cuanto al mecanismo es más simple, porque sólo son dos piezas, frente a las seis que tiene la otra, así que esperaba que pinchara menos, pero justo donde se introduce el candado, deja espacio y a veces coge la piel del pene y se producen esos malditos pinchazos. sin embargo el perro piensa que son útiles, porque cuando menos te lo esperas te recuerdan lo que eres y a quien perteneces. tienen su función y si has comenzado el camino de la sumisión para vivir más fácilmente, te has equivocado de parte a parte.
el día transcurrió bien, por la mañana en el trabajo y por la tarde en casa, porque esta semana el perro no tiene que ir a la universidad. la noche llegó y el perro durmió con la jaula. al principio fue incómodo, pero luego se acostumbró y se durmió profundamente.
esto no es sencillamente un mero cambio de jaula, es algo más. cuando el perro comenzó el camino de la castidad, primero fue una castidad de honor o de palabra: la orden del Dueño era suficiente para que el perro no hiciera nada. sin embargo cuando se puso la primera jaula supo que había cruzado una frontera que no tenía marcha atrás, y así se lo hizo saber el Dueño al perro. las veces que estuviera sin jaula sería por causas mayores y serían excepciones, como el período último cuando se rompió la anterior. el perro viviría a partir de ese momento con los genitales enjaulados.
pero es más, porque el Dueño siempre quiso que el perro llevara permanentemte una jaula de metal, que controlara su sexo y no dejara vérselo. cuando se rompieron los anillos de la jaula anterior, el Dueño compró otra de plástico y una de metal que es la que lleva en estos momentos. a partir de hoy el perro no se ve su pene cuando orina o cuando se desnuda. sólo ve una cápsula de metal que lo cubre. no sabe como está, sólo la siente a través del metal. es como una especie de "castración". por supueto que volverá a verlo, porque tiene que limpiarse y rasusrarse igualmente, aunque aún no sabe si podría dejarse crecer el vello o si el Dueño quiere que lo haga, pero la mayor parte del tiempo la polla quedará oculta por la funda de metal.
es un pequeño paso hacia el Gran Salto. como en otras ocasiones es una sensación extraña sentir que dejas algo atrás y que cruzas un límite para el que no hay retroceso, salvo que ocurriera una catástrofe. si todo va bien estos días de prueba, la jaula de metal no será parte de mi vida, será mi vida de aquí en adelante.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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