miércoles, 16 de abril de 2014

día 1553 de esclavitud, 1 de castidad

todo llega antes o después a su fin y la visita al Dueño para servirle también. hoy el perro regresaba a casa y no sólo era un viaje físico, sino también interior y exterior: de la vida a la no-vida. el avión salía a las tres de la tarde así que el Dueño organizó todo para estar allí a tiempo y cumplir el ritual que es tomar algo en la misma cafetería del aeropuerto. el Dueño despertó al perro y tras ducharse, desayunó junto a su Dueño. recogió la maleta y salieron hacia el aeropuerto en metro. por el camino hablamos mucho, sobre lo que había pasado estos días y cómo afrontaríamos los que vienen.
llegamos al aeropuerto, facturó el perro en los terminales y nos sentamos en la cafetería a tomar algo. en esos momentos hablamos de lo que los dos deseamos y buscamos: una vida de sumisión y obediencia. como en otras ocasiones, el Dueño incitó y animó al perro para que se pusiera a escribir, narrativa y ficción. dijo algo que agradó mucho al perro, que sería un desperdicio no hacerlo y que sería una pérdida si no se ponía el perro a producir. le dio alguna idea y dijo que seríamos un buen ejemplo, Él indicando y produciendo ideas, y el perro desarrollándolas. no es un mal plan.
cuando se hizo la hora, el perro se encaminó con el Dueño al control de seguridad. nos despedimos y el perro empezó a quitarse las llaves, el reloj, el cinturón y entonces se da cuenta que aún lleva la cadena con el candado al cuello... y no tenía la llave, porque sólo el Dueño tiene una.
gracias a Dios aún no se había ido y pudo quitárselo por encima de la valla de seguridad mientras los que entraban en la cola lo veían. podía o debería haber sido humillante, pero no lo fue.
tras pasar el control, donde había un guardia civil que parecía adolescente, el perro volvió a ponerse las botas y fue hacia la puerta de embargo
cuando llegué, el perro se ecnontró con que el vuelo estaba retrasado tres horas. el perro se pasó todo el tiempo sentado leyendo.
el aeropuerto estaba menos lleno de lo que esperaba por ser el inicio de las vacaciones de semana santa.
cuando el perro llegó a su casa, después de tres horas de espera y dos y media de viaje, el perro estaba agotado. volvió el perro a su no-vida y ahora pasarán unos días de reajuste.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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