martes, 1 de abril de 2014

día 1537 de esclavitud, 108 de castidad

un día de esos de 14 horas que fueron exactamente las que el perro estuvo fuera de casa. hoy el perro tuvo que cambiarse el pantalón, imaginarse otro día entero, y más este, con el pantalón marcando la jaula era demasiado. esto hizo que en parte el día fuera más llevadero, aún así entre trabajo, reuniones y universidad, el perro salió de su casa a las siete de la mañana y volvió a las diez de la noche, con el tiempo justo de cenar algo e irse a la cama.
son estos días donde la agenda se llena, cuando el perro siente que la no-vida está demasiado presente. aún así la jaula y las botas hacen su función. aún algún comentario sobre estás hace que caiga en la cuenta de que la gente se fija, y muchos se pregunten, por qué las llevo. pocos llegan a la conclusión de que es porque el Dueño del que las porta quiere que así sea y el perro, propiedad de su Dueño, obedece. la jaula es algo más interno, más interior. cada vez que va al baño, el perro se ve obligado a sentarse para orinar, y eso le recuerda lo que es, algo que no debe olvidar nunca. incluso después de tomar decisiones importantes en el trabajo, ese gesto le recuerda que esas decisiones no son nada y que las toma por obligación, porque el Dueño se lo permite. pero llegará un día en que no tomará ninguna decisión más, en la que todo estará en manos del Dueño, y Él controlara cada minuto de la vida de su perro.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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