se agachó para recoger la pluma y uno de los anillos de la jaula de castidad le pilló el escroto. tuvo que respirar profundamente para no gritar. no era bastante con llevarlo puesto sin poder follar, ni masturbarse, encima tenía que soportar estas sorpresas de dolor. sin embargo se impuso el sentimiento de sumisión. su Amo se lo había puesto y El se lo quitaría cuando creyera oportuno. habían pasado dos meses y esperaba que fuera pronto. con esta idea se sentó bien en la silla, se arregló la corbata y siguió con la reunión.
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