el perro no sabe bien por qué pero cada vez le gustan más las fotos vintage, esas fotos de los primeros que nos precedieron en esto del bdsm. sus prendas, sus actitudes, sus composiciones, tienen algo de naturales, de auténticas que carecen algunas producciones actuales. cuando el cuero ha pasado a hacerse de una forma industrial, incluso de manera más "abierta" con toda esta corriente de las sombras de grey, se perdió algo de lo artesanal que tenía la vida underground de los primeros practicantes. es cierto que si aún estuviéramos en esas circunstancias, posiblemente el perro no habría pasado de una simple fantasía y no habría conocido bajo ningún concepto al Dueño, pero esa especie de vida en catacumbas, que aún no ha terminado, tenía su atractivo, sobre todo porque se tejía una tela de protección basada en códigos, comportamientos, valores y actitudes que protegían al grupo y lo hacían más fuerte. Amos y esclavos formaban una auténtica tribu en la que era necesario pasar unos ritos de iniciación para formar parte. este proceso dejaba por el camino a los pusilánimes y a los curiosos, era una especie de purificación que terminaba con una vida de Dominación o de sumisión, según el caso, bastante más profunda de la que tenemos hoy en día. no es que cualquier tiempo pasado fuera mejor, en absoluto, sencillamente que ese es el estilo de vida que el perro quiere llevar y que el Dueño hace posible. ambos lo deseamos, lo queremos y lo vivimos, y eso es prueba para el perro de que, salvo que pase algo excepcional, nunca más volverá a ser libre.
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