lunes, 31 de marzo de 2014

día 1536 de esclavitud, 107 de castidad

a veces el perro depende de cosas prosaicas que hace que un día sea agradable o se convierta en una tortura. hoy ha sido uno de esos días porque el pantalón que se puso el perro esta mañana, o había encogido un poco de lavarlo o el perro ha ganado un poco de peso. el hecho es que estuvo presionando más de la cuenta y la jaula se convirtió en un auténtico instrumento de tortura. durante todo el día parecía que no había forma de colocarla bien, de que fuera cómoda, de que no se notara tanto. en más de una ocasión el perro se sorprendió colocándola en un lugar donde podía ser visto. al final del día empezó a doler en serio y fue una alegría cuando, por fin, pudo quitárselo y dejar que la jaula cayera libremente. la jaula había dejado sus marcas sobre la blanca piel del perro. un pequeño tributo a pagar por la obediencia que el perro sufre a gusto.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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