lunes, 10 de marzo de 2014

día 1515 de esclavitud, 86 de castidad

los días se suceden unos tras otros. es curioso como, a pesar de estar trabajando en algo que ha sido elegido por el perro, las circunstancias pueden hacer que sea una auténtica condena. hay días, hoy es uno de ellos, en los que realmente lo es, una condena. y lo es, no por el trabajo, sino porque los compañeros están influenciados por el ego, y todos quieren imponerse a los demás, porque las condiciones no son las óptimas y obligan a hacer un trabajo con menos medios de los necesarios, y porque trabajas y trabajas, pero no parece haber resultados.
a veces se puede establecer un paralelismo con la vida de esclavo, más bien con su entrenamiento. el perro imagina a esos Amos naturales, sinceros y hábiles, buscando en el esclavo que está destinado a ellos. puede imaginar la frustración de la esperanza al encontrar uno y, después de una sesión, cómo su ego vuelve a tomar el poder y no regresan a su entrenamiento, a empezar esa vida que les daría paz y tranquilidad, que les proporcionaría, por fin, calma. por eso, junto al sentimiento anteriormente expresado, el perro siente una enorme gratitud a la vida, y a su Dueño, por haberse encontrado y por llevarlo de una forma tan magistral hacia donde el perro siempre quiso estar, un lugar que ni él mismo conocía hasta que el Dueño se lo mostró.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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