la vida vuelve a la normalidad con la jaula y las botas, los dos signos de la sumisión del perro, de como se entrega al Dueño para servirle y obedecerle. el perro estaba pasando unos momentos bajos, pero llevar esos dos objetos le ha ayudado. no sabe cómo ocurre, pero ayuda. aquí está la base del fetichismo: cargar objetos de significado para poder usarlos fuera de contexto.
la jaula, esta vez de plástico, hace su función, a veces en demasía, porque los aros pinchan de ven en cuando y de forma inesperada, una oleada de dolor recorre al perro en las situaciones más insospechadas: cuando se agacha para recoger algo, o cuando se sienta. la presión es constante, la presencia permanente, porque la esclavitud también lo es. esté donde esté, lleve el collar físicamente o no, el perro es un esclavo, y existe para servir a su Dueño.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
lunes, 3 de marzo de 2014
día 1508 de esclavitud, 79 de castidad
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