oyó el motor casi al mismo tiempo que empezaron a tensarse las cuerdas. a los pocos segundos dejó de tocar suelo, quedando colgado. empezó a girar sin control, mientras intentaba gritar a través de la mordaza y liberarse de sus ataduras. no podía ver, así que sólo sentía como subía cada vez más y cómo las cuerdas marcaban sus músculos.
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