el tiempo se detiene cuando el esclavo está lamiendo las botas de su Amo. no hay nada más, sólo existe el cuero de esas botas. el esclavo no debe dejar su tarea hasta que el Amo se lo ordene, hasta que desaparezca todo resto de polvo o suciedad; porque un Amo sólo puede llevar las botas brillantes, y eso es deber del esclavo. no hay mejor forma de empezar cualquier encuentro con un Amo que teniendo en tu boca el sabor de sus botas.
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