uno de esos días casi sin final. el perro salió de casa a las siete de la mañana y regresó a las diez de la noche, eso sí, con las botas y la jaula permanentemente puestas.
fue un típico día de no vida: mucho trabajo, mucha interacción sin sentido, mucho intentando imponerse y, al final, regresar a casa con la sensación de que estás perdiendo el tiempo, de que esto no es lo tuyo, de que estás en el lugar equivocado. sin embargo no se puede hacer más, porque las circunstancias son las que son, pero tanto perro como Dueño estamos de acuerdo en que el Gran Salto se aproxima y es inevitable.
lo curioso es que, durante el día de hoy, el perro ha estado en un varios sitios, relacionándose con muchas personas, en distintos ámbitos, durante tantas horas, pero no ha pasado nada reseñable, nada especial, nada significativo, nada digno de ser escrito en este blog. la realidad empieza a parecer insulsa. sin duda si el perro hubiera estado todas esas horas atado en la mazmorra del Dueño, todo habría tenido más sentido.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
miércoles, 22 de enero de 2014
dia 1468 de esclavitud, 39 de castidad
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