martes, 24 de diciembre de 2013

cartas desde la mazmorra

para controlar a un esclavo no basta con controlar su deseo. ese sólo es el primer paso, la primera etapa, la puerta de entrada. muchos no cruzan el umbral y se quedan ahí, sin entrar en la mazmorra de la sumisión. sin embargo algunos lo cruzan y entonces el deseo no es suficiente, porque buscan algo más.
es entonces cuando se debe empezar el entrenamiento de una forma más sistemática y con otras herramientas. el perro va a hacer una incursión por algunas de ellas.
todo esclavo natural desea, en lo más profundo de su ser, ser dominado y controlado. por eso agradece todas y cada una de las normas que le imponga su Amo. las reglas, las leyes, son la seguridad a las que el esclavo se agarra en caso de duda o debilidad. las normas lo clarifican todo, lo simplifican. el esclavo sólo debe obedecer, así de sencillo.
en algunos blogs de internet se ha ido extendiendo el lema de que "un esclavo no tiene derechos, sólo necesita obligaciones": las normas y las obligaciones son como la gota que, poco a poco, cae sobre la roca hasta que la raja y la rompe en mil pedazos. así la voluntad del perro se va limando hasta que se rompa de igual forma.
por supuesto cualquier infracción de una norma debe ser duramente castigado. el castigo debe producir dolor, el suficiente para que el esclavo aprenda la lección y no quiera volver a repetir la infracción. en ese sentido un esclavo es casi como un animal que hay que adiestrar, domesticar, domar.
como todo animal que necesita ser domado, el esclavo tiene que ser dejado sin sus atributos humanos. el primero de ellos es la palabra. cuanto más tiempo pasa el esclavo amordazado y en silencio, más cuenta se da de lo inútil de sus palabras y de lo innecesario que son. para obedecer no se necesitan palabras. las palabras sólo son un recurso hasta que el esclavo aprende que no necesita hablar.
sin embargo una de las herramientas más efectivas es la capucha que produce privación sensorial. aislar al esclavo de su entorno hace que se tenga que enfrentar a su verdadera naturaleza. además, largos períodos de privación hace que su grado de dependencia aumente y se sienta mejor con ella. depender del Amo para ver, comer, oír o moverse, aumenta esta dependencia del Amo.
por supuesto el bondage es la gran herramienta. sumerge al esclavo en la indefensión, ponerlo en una situación de auténtica debilidad e impotencia. bien atado, un esclavo no puede hacer nada aunque quiera. es la limitación física de su voluntad. su interior desea, pero su cuerpo no le responde.
el último instrumento es el aislamiento, el encarcelamiento, la vigilancia del Amo. la separación y el control del Amo sobre el entorno del esclavo hace que ese control se introduzca en el propio esclavo.
como en otras situaciones se trata de que interiorice. igual que un potro salta y se encabrita cuando un jinete lo monta por primera vez, el esclavo intentará quitarse todo aquello que está encaminado a domarlo. sin embargo cuando acepta su destino y se cansa de luchar se vuelve el animal más manso y llevadero. sólo necesita alguien que lleve las riendas y lo dirija el resto del camino.
una vez domado el esclavo se convierte en lo que siempre deseó, en lo que siempre fue, un animal adiestrado para obedecer. de vez en cuanto necesita retomar algunos elementos del adiestramiento: amordazados, atados, encerrados, castigados.... es una forma de reforzar el entrenamiento inicial y de mantenerlo profundizándolos.
las posibilidades no se limitan a las señaladas aquí. son realmente infinitas, sólo limitadas por las ideas, la imaginación y las posibilidades del Amo.
feliz semana

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