viernes, 18 de octubre de 2013

día 1372 de esclavitud

33 días de castidad, 13 desde el último ordeño
ha sido un día claroscuro, agridulce. por un lado el perro estuvo trabajando en el blog. lleva algo de retraso con él porque aún no controla demasiado los resortes, la forma de publicar, etc. eso siempre pasa cuando se comienza algo nuevo. entra dentro de lo normal.
por la tarde, buscando una forma de enviar las entradas para que fueran supervisadas por el Dueño, el perro no fue lo suficientemente servicial y sumiso, y no le habló al Dueño adecuadamente. la situación era tensa y el perro estaba nervioso, pero eso no es excusa. así que el Dueño, con muy buen criterio, lo castigó. fue una pena dura: no hacer feliz al Dueño con una cosa que deseaba. la no felicidad del Dueño es la infelicidad del perro. El es el horizonte del perro, y el perro tiene mucho que aprender. debe aprender a callar, a vivir en silencio, obedeciendo y sólo "si, Dueño", debe salir de su boca. la primera tentación fue justificarse, explicar por qué había hablado así, pero no hay justificación para un perro. sólo hay obediencia y sumisión. por tanto el perro no puede sino agradecer al Dueño el haber castigado a su perro, enseñarle a ser mejor, hacerle comprender que el ego se cuela en cuanto le dejas una oportunidad. y el ego debe desaparecer de la vida de un esclavo.
obediencia ciega para un esclavo, poder absoluto para el Amo.

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