hoy parece que la jaula está enfada con el perro. no pierde oportunidad para pincharme el escroto, apretarme los testículos o hacer algún movimiento extraño que produzca una oleada de dolor. aún así se ha convertido en parte del perro, hasta el punto de que ya no podría vivir sin ella. sin ella me siento completamente desnudo. el Dueño ha dicho que moriré con una jaula, con esta o con otra, pero que mis genitales ya no estarán libres nunca más, igual que el perro ya no será libre nunca más. este pensamiento, lejos de molestar al perro o inquietarlo, lo excita y tranquiliza. le da paz y seguridad.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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