6 días de castidad, 6 desde el último ordeño
hoy el perro siguió con la sumisión activa, muy activa. el perro sentía deseos de lamer las botas, de ser atado y amordazado, de ser anulado con una capucha. en lenguaje ordinario el perro está caliente, y cuanto más caliente está, más pesa la jaula. era un pero agradable, deseado, la frustración del perro iba en aumento a medida que avanzaba el día. lo irónico es que si el dueño le hubiera ordenado ordeñarse, la decepción hubiera sido enorme. el perro estaba caliente, sí, pero la sumisión es mayor que el deseo. el perro vivió la ansiedad del deseo y la frustración de la jaula. el resultado de ambas cosas es la aceptación de la esclavitud. lo que pocos entienden es que la castidad, llevar la jaula, no es una condena, sino un regalo, un premio, algo que agradecer al Dueño. de esta forma cada "ataque" de deseo, es convertido por la jaula, en un paso más hacia la esclavitud.
la jaula es la maestra del perro, la herramienta que usa el Dueño para que el perro no olvide nunca a quien pertenece. no volverá a ser libre nunca y la jaula se encarga de recordárselo para que no se olvide. ya no hay escapatoria, ni salida para el perro.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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