un fetichista no se limita a sus momentos de sesión para hacer uso del cuero y las botas. muchas veces se las pone sencillamente porque le gusta sentir su tacto, ver su brillo, olerlo y sentirlo sobre la piel. por eso no es un disfraz, ni algo que oculta, sino algo que muestra lo que uno tiene en su interior. y porque muestra lo que uno tiene en su interior, las botas y el cuero, merecen respeto, todo el respeto. ese es el motivo por el que los esclavos lamemos las botas de nuestros Amo, nos rozamos con sus cueros y encontramos un extraño placer en las sensaciones que transmiten. esas prendas captan inmediatamente nuestra atención, y nos hipnotizan, nos seducen y nos atraen, nos embrujan y embriagan, porque son parte de nuestros Amos, nos los muestran y asi podemos sentirnos incluso más cerca de ellos.
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