tal vez esta sea la mejor imagen para expresar la vida de un esclavo, de un sumiso: sin rostro, con un collar al cuello, entre las botas de su Amo, mirando al suelo, en una postura de veneración, sometimiento y obediencia. desde arriba, el Amo observa y vigila a su esclavo, lo contempla, pero metafóricamente también observa toda su vida, todas sus acciones y, desde arriba, las guía y orienta. el Amo siempre busca su beneficio, pero también el del esclavo, porque el beneficio del Amo es para lo que vive el esclavo. quien no lo entiende así confunde la naturaleza de esta relación. el esclavo existe para servir a su Amo y así consigue su realización. muchos Amos no captan este sutil matiz, no se sienten con derechos sobre sus esclavos. conseguir un sano equilibrio entre lo que el Amo quiere y lo que el esclavo busca, es la clave para conseguir una relación fructífera.
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