encerrar al esclavo en el saco de cuero le llevó al Amo poco tiempo. la mordaza y la capucha le oprimían mucho. estuvo un rato así hasta que oyó un ruido. el Amo apareció, seguido por otro esclavo a cuatro patas. guiado por el Amo se colocó junto a él y empezó a lamer la polla del esclavo que comenzó a gemir impotente y desconsolado.
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