muchas veces en el blog hemos hablado de la humillación como el alimento del esclavo. junto a la humillación hay una sensación que ayuda al esclavo en su entrenamiento: la impotencia, la indefensión. la humillación aviva la sumisión, la impotencia reduce la voluntad. sentir que no tienes control sobre tu vida, lo que te pasa, puede hacer que el esclavo se de cuenta de que realmente pertenece al Amo.
la escena que vemos aquí podría perfectamente ser un castigo, por correrse tal vez o faltar a la castidad, o por una mala respuesta, por eso está amordazado. en cualquier caso no lo está pasando bien en absoluto. nuevamente la línea entre el dolor y el placer se desdibuja, se diluye hasta desaparecer.
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