viernes, 5 de julio de 2013

FdD entrenamiento

parece una contradicción: guantes y pantalones de cuero, pero luego sin camisa. sin embargo todo es lo mismo: piel, y piel de animal, porque el esclavo desciende un escalón en la evolución. no debe tener voluntad, sólo obediencia. en ese sentido se parece a un perro que debe ser entrenado, cuidado, adiestrado para convertirse en una máquina de obedecer. desde esta perspectiva, el bondage y las mordazas tienen una función de acostumbrar al esclavo a que sus manos están inmovilizadas y que sus palabras no sin importantes salvo que el Dueño las requiera. 
en un momento dado esta postura comenzará a doler, aunque parezca cómoda. entonces el perro tendrá que empezar a aceptar lo que es y donde está como parte de su existencia. su mirada sólo indica una cosa: espera, sabiendo que su esperanza está puesta en alguien más allá de él mismo: su Amo.

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