hoy el perro ha tenido que cambiarse las botas. desde hace un par de meses usaba sistemáticamente unas botas grises que ayer se rompieron, del uso. tener que llevarlas todos los días hace que se estropeen. eso, unido al hecho de que no abundan las botas buenas, bien hechas, pues hace que no duren demasiado. la verdad es que tampoco costaron mucho, así que la pérdida es más afectiva que de cualquier otro tipo, porque un botero ama sus botas. el perro puede comprender perfectamente el cariño que el Dueño siente por su enorme colección de botas. es realmente impresionante y todas y cada una tiene una historia particular que el Dueño conoce. por eso también deben ser besadas las botas de todo Amo, no sólo porque los protegen del suelo, o porque contienen sus pies, sino porque un buen botero, y el Dueño lo es sin duda, ama profundamente sus botas. y un perro debe amar todo lo que ama su Amo.
además el perro se ha afeitado los genitales, lo cual se ha convertido en una necesidad. si deja de hacerlo la jaula comienza a pillar los pelos y de pronto, en el momento menos pensado, se produce un tirón y viene el dolor. sentir la presión de la jaula entre las piernas de una manera constante es una de sus funciones: recordarte a quien perteneces y a quien debes obedecer. la jaula nunca deja, de una forma u otra, que olvides lo que eres. por eso es tan especial para un esclavo. antes el perro se mantenía en castidad por obediencia y la jaula no ha cambiado eso sustancialmente, porque tiene que seguir siendo obediente. ninguna jaula es tan estricta como para evitar 100% que no te ordeñes o masturbes. sin embargo su función es hacer una especie de "lavado de cerebro", mediante una sistemática presencia que te recuerde lo que eres, por qué la llevas, por qué está ahí. así es como el perro ha sentido estos meses llevándola, y ya hace 83 días que el perro no se ordeña. gracias Dueño.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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