sábado, 8 de junio de 2013

día 1240 de esclavitud

73 días de castidad, 73 desde el último ordeño
todo el día encerrado en casa. de hecho el perro cerró con llave la puerta de la casa el viernes por la noche y hoy, al ir a acostarse, se dio cuenta de que seguía cerrada. no había abierto la puerta en todo el día. mucha gente no podría soportarlo, se desesperaría si no pudiera salir a la calle un día, pero el perro no es así, el perro siente seguirdad estando en casa, y como el trabajo hace que esté casi permanentemente fuera, cuando puede, añora estar dentro. explotar estas situaciones es lo mejor para un esclavo que espera vivir encerrado permanentemente. la diferencia entre un esclavo y un sumiso es que el sumiso tiene una vida, y a veces tiene sesiones donde se somete a un Amo. el esclavo, sin embargo, es propiedad de su Dueño, aunque a veces no esté directamente bajo sus órdenes. el Dueño de este perro marca bien la diferencia, diciendo que nosotros ya no tenemos sesiones, sino situaciones diferentes. la vida del perro es una "sesión" permanente, en cuanto tiene que dar cuenta de todo a su Dueño: qué hace, dónde va, con quien va.... todo. a veces es cierto que no puede entrar en mucho detalle, por la distancia y por la premura de hacer o decir algo, pero eso es la excepción. la regla y la norma es que el Dueño lo controle todo. eso no significa que tenga que estar permanentemente encima del perro, entonces El sería el esclavo. a veces es suficiente con que el perro informe que estará en casa todo el día. el Dueño sabe entonces que estará trabajando o relajándose, y que si el perro tiene que salir o hacer algo fuera, suplicará su permiso.
todo esto parece exagerado, excesivo, pero es la vida que ambos deseamos y que siempre buscamos, cada uno en su lugar, cada uno siendo sincero consigo mismo. alguno podría decir que aspirar a una vida encerrado es un desperdicio de vida, pero hay muchas cosas plenas que se pueden hacer bajo la autoridad del Dueño. de hecho el Dueño no desea un perro inactivo. cuando no esté sirviéndole el perro trabajará haciendo cosas que se puedan realizar encerrado, mayoritariamente trabajo intelectual. 
lo que al perro si le parece un desperdicio es intentar, toda la vida, aparentar lo que uno no es.
si algo tiene el perro, y el Dueño lo sabe, es un deseo incesante de sinceridad, de ponerse delante suyo y ser honesto con sus deseos y aspiraciones. es un trabajo que cuesta realizar prácticamente toda su vida, y hasta este momento el perro ha llegado a la conclusión de que con este proyecto, con esta realización es feliz. es feliz cada vez que obedece al Dueño, y cada vez que Este le dice que está orgulloso y que ha hecho un buen trabajo.
podría hacer otra cosa, ser políticamente más correcto, pero no sería sino una mentira. a los que les escandaliza leer que este perro desea vivir de rodillas a los pies del Dueño, tal vez deberían reflexionar sobre su propio comportamiento, a ver si han llegado a este blog por casualidad. ¿qué podría estar buscando alguien para terminar leyendo esta entrada? seguramente en su interior hay un deseo oculto, vergonzante, demasiado duro  para que se lo digan a si mismos. vivir ahí sólo trae problemas, porque los deseos reprimidos suelen salir cuando y cómo uno menos se lo espera. a los Amos, humildemente este perro les diría que acepten serlo, que hay muchos esclavos por ahí necesitados de ellos, y a los esclavos les diría que no tengan miedo de ser sinceros con ellos mismos. si consiguen eliminar de la ecuación los juicios morales que otros nos han querido inculcar, podrán por fin caminar hacia la felicidad.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo no me escandalizo y aceptaría estar a los pies de un Amo, pero, quizás por no haberlo encontrado (lo mismo por no haberme expuesto lo suficiente a ellos) tampoco encuentro insoportable la idea de no servir a ninguno. El camino de la esclavitud lleva a eso, a la esclavitud, que quizás es tan bueno o más para nosotros como para otros lo que ellos llaman triunfar en la vida. Pero la felicidad ... ¿quién sabe en qué consiste relamente?.