ya han pasado los 60 días de castidad, desde la última vez que el perro se masturbó y se ordeñó. es mucho tiempo, dos meses sin prácticamente tocarse. mucha gente pensaría que es imposible, pero no lo es, es una realidad y lo es gracias al control que el Dueño ha ejercido sobre el perro.
el día se ha ido rápido y ha sido el primer día donde el Dueño ha ejercido el micromanagement de una forma más efectiva. el perro ha tenido que informar al Dueño de cómo iba vestido, de lo que ha comido y de las veces que ha ido al baño. el objetivo parece claro, ejercer un control cada vez más estricto, absoluto diría el Dueño, sobre el perro. la conversación de ayer en la que el Dueño apretó aún más la correa y estableció nuevas normas, aún resuena en la mente del perro. cada día hay menos margen para el ego, menos posibilidad de fallas porque cada vez hay más control, más sumisión y menos "decisiones" personales. el Dueño no quiere que el perro decida, sólo que obedezca.
obediencia ciega para el perro, poder absoluto para el Amo.
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