el perro ha estado trabajando toda la mañana, afrontando conflictos y problemas. demasiados egos juntos, demasiada gente luchando por imponerse, por dominar. el problema es el de otras veces, que quieren dominar por la fuerza, pero no pueden dominar a quien ya tiene Dueño. aquí empieza entonces la paradoja del perro sumiso con el Dueño, dominante no quien desea dominarlo. esta contradicción no es fácil para el perro y a veces se descentra pero basta una palabra del Dueño para volver a centrarse.
la tarde la pasó el perro en casa, encerrado, volviendo a cendrarse. después de esta semana necesita silencio y tranquilidad. por la noche el Dueño le recordó lo que le ha dicho en repetidas ocasiones: que todo eso terminará cuando el perro de el Gran Salto.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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