miércoles, 22 de mayo de 2013

día 1223 de esclavitud

56 días de castidad, 56 días desde el último ordeño.
parece que la semana no tendrá fin, y el perro tiene muchas ganas de volver a estar a los pies del Dueño, lamiendo sus botas, amordazado a sus pies. es una época de muchísimo trabajo para el perro pero es que, además, se está quitando cosas de encima, cerrando asuntos, etapas, proyectos que tenía abiertos y no retomará el año que viene. la no-vida es aburrida, muy aburrida, al menos desde el punto de vista del bdsm. no es igual estar atado a los pies del Dueño que tener que ir a trabajar y tomar decisiones. cada vez se le hace al perro más duro eso, tomar decisiones, hasta las más pequeñas. es algo que cada vez se vuelve más extraño. al menos el perro sigue cumpliendo con el "micromanagement", el control y la supervisión pormenorizada. además esta semana ha señalado varias veces el hecho de no haber sido capaz de ordeñarse. el perro vive la castidad con entereza y orgullo por la obediencia que eso implica, pero además durará hasta que el Dueño decida y eso es algo que llena al perro de alegría y satisfacción. el Dueño le ha dicho varias veces que así se hace más fuerte, y sin duda es cierto. cada día que pasa, y ya va para 60, el perro se fortalece, pero no en autosuficiencia e independencia, sino justo en todo lo contrario, en depender del Dueño y saber que El controla todo en la vida del perro.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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