un gesto simple, muy simple y sin embargo tan difícil: arrodillarse. sólo los que lo han hecho delante de otro tio saben lo duro que es, porque no se trata sencillamente de doblar las rodillas, esa es la parte fácil. se trata de vencer toda la educación que te han dado, que te ha condicionado y que mantiene de pie a pesar de querer caer de rodillas. un Amo me dijo una vez que conocía a esclavos que eran incapaces de hacerlo, de arrodillarse. sencillamente no podían. por eso los Amos lo valoran tanto, saben lo que cuesta. si además lo haces en público y con una correa atada al cuello, correa que lleva tu Amo, entonces el valor se multiplica. todo esclavo que se ha arrodillado alguna vez entiende y comprende este gesto y sólo el que lo ha hecho puede llegar a sentir lo que siente el perro al ver esta imagen: respeto.
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