lo miraba desde arriba y sólo veía su cabeza afeitada y su mano enguantada sobre ella. era su rito de iniciación. ya tenía la bomber y las botas de cordones. ahora tenía que arrodillarse ante los miembros de la banda. a él le había correspondido afeitarle. cuando recordó como pasaba la máquina dejando su joven cabeza suave y brillante notó como su polla se ponía aún más dura y como el joven aspirante se atragantaba. apretó su mano enguantada contra la nuca para evitar que se la sacara. tenía que llegar hasta el final.
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