jueves, 28 de febrero de 2013

FdD ¿liberación?

a veces, en algunos momentos del proceso de sumisión, de esclavización, es posible que el esclavo tenga deseos de dejarlo, de abandonar, de quitarse el collar y pensar que puede existir por sí mismo, sin necesidad de someterse a un Amo. podríamos decir que algunos lo consiguen, pero no es cierto. lo único que hacen es engañarse a ellos mismos y convertir su vida en una mentira. hacia afuera se presentan como personas felices y realizadas, pero en su interior la amargura de no ser ellos mismos los corroe. su falta de sinceridad con ellos mismo convierte su vida en una mentira. siempre que ocurre cuando uno se niega a si mismo, esos deseos reprimidos acaban saliendo, de la peor forma posible. aceptar lo que uno es es el primer paso para la felicidad.

3 comentarios:

Unknown dijo...

que gran verdad joder

Anónimo dijo...

hay una escala de grises desde el sumiso ocasional por morbo hasta el esclavo por naturaleza, suponiendo que ambos extremos existan en estado puro. todo depende de las circunstancias de cada uno y de la determinación de los Amos con los que uno se va topando. pero entiendo que quieras empujar a los sumisos por el camino de la esclavitud total como una forma más de servicio a los Amos. al final del camino hay un Amo satisfecho y un esclavo que obedece, poco importa si feliz o no.

Drs dijo...

Qué bien expresado. Pero, en el lado del Amo es igual. Aceptar tu naturaleza, tu instinto no es inmediato. Debes "despertar" y asumir una responsabilidad. Ser Amo es un acto de responsabilidad. No consiste en ser un individuo caprichoso, como un Calígula adolescente. Requiere fuerza interior real, requiere conocimiento, obliga al desarrollo personal sin excusas. Si tu naturaleza te llama a ser líder, has de saber serlo. El perro te lo da todo ¿sabrás qué hacer con ello? En ocasiones, mi perro ha notado confusión en mis órdenes. No soy un ser perfecto. Cuando no acierto, lo reconozco ante mi perro de manera directa y total. Y justo cuando lo hago mi perro entra en una profunda sumisión y aún más me respeta. Primero, para ponerse nuevamente a mi disposición para que yo pueda experimentar mi fuerza en él nuevamente, y, segundo, lo más importante, porque sabe que mi voluntad me llevará a superarme y que la próxima vez va a recibir de mí una orden clara, nítida, rotunda de una forma tal que sentirá como la fuerza de su Amo lo aplasta sin miramientos. Nada ni nadie me hace crecer tanto como mi perro.