sábado, 16 de febrero de 2013

1128 esclavitud, 22 castidad, 14 ordeñado


el Dueño ordenó al perro hoy que se ordeñara. hace ya una quincena que se sacó la leche por última vez y cerca de un mes que no tiene un orgasmo y, por tanto, que se mantiene en castidad. las órdenes sonmuy estrictas: no debe haber orgasmo, ni erección plena. es una mera función fisiológica: sacar la leche mediante un masaje prostático y punto. el perro, obediente, cogió el estimulador y se lo metió por el culo. luego se puso el cockring que lleva todos los dias y empezó a masajear. para ayudar y evitar la excitación el perro se amordazó con la mordaza de madrid y se puso las pinzas en los pezones. el mayor temor es que, al no controlar la técnica, el ordeño pueda convertirse en una masturbación. para supervisarlo el Dueño ordenó que lo grabara y se lo enviara. fue rápido, más rápido de lo que esperaba. la leche salió, muy líquida, desde luego no tiene aspecto del semen cuando te corres. la sensación volvió a ser extraña para el perro, y la única cosa que se le ocurre para comparar es como cuando estás aguantando mucho para mear y luego lo haces. desde luego no hubo orgasmo, ni la leche salió disparada, sencillamente se derramó, salió, cayó al suelo. el perro temía no haberlo hecho bien, pero, una vez recibido y visualizado el video, el Amo dictaminó que lo había hecho bien y que a partir de ahora todo sería así, que era un gran progreso para el adiestramiento del perro.
el perro sacó el estimulador y recogió todo. la sensación que le quedó es de una profunda humillación, sintiendo cómo el ego se marchaba a un lugar recóndito. justo a esa humillación, alimento de la sumisión del esclavo, había un profundo sentimiento de devoción y obediencia hacia el Dueño de este perro. no puede por menos de reconocer su habilidad para llevar al perro hasta sus más profundos niveles de sumisión. cuando comenzaba este camino, nunca pudo el perro imaginar que llegaría a este grado de sumisión y de control por parte de alguien. lo más emocionante es que no vislumbra el final, que esto sólo es el principio, y que sólo el Dueño sabe hasta donde puede llevar a este perro bajando la escalera de la esclavitud, hacia una mazmorra muy profunda de la que no podrá salir nunca más.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.

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