no por verlo muchas veces pierde fuerza. la imagen de un esclavo arrodillado a los pies de un Amo, con collar, correa y ambos vestidos de cuero y botas, produce un terremoto interior en este perro. es algo que lo supera, que no puede controlar. hasta la fecha es la imagen que más concreta lo que este perro es y desea ser. el mero hecho de arrodillarse, algo impensable para la mayoría de los "normales", constituye para este perro una posición natural, un estado que debería ser permanente. estar a la misma altura que el Amo le resulta extraña, repugnante, repulsiva.... hasta ese punto tiene integrado que la vida está formada por relaciones asimétricas, desiguales, y que en el bdsm eso se asume sin lucha, sin cuestionamientos, de forma natural. el Amo cuida y ordena, el esclavo obedece y se somete. es así de sencillo, es así de fácil.
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