el proceso de objetificación es aquel por el que un esclavo-sumiso es convertido en un objeto, cuando se rompe su voluntad, se vence a su ego y se llega a la aceptación plena y completa de la sumisión como forma de vida. esto requiere unas condiciones internas y externas. interiormente hay que trabajar, reflexionar, meditar y estudiar a aquellos que nos precedieron en el camino. exteriormente el camino es la disciplina, en todos sus sentidos y dimensión: como castigo, pero también como vida ordenada y organizada, de forma que queden pocos espacios para que el ego pueda colarse por alguna rendija. este es el mensaje que el perro se trajo de su último viaje a servir al Dueño: la disciplina es el origen y el fin de todo. parte de esa disciplina consiste en controlar el cuerpo y sus funciones: el habla, la mirada, la sexualidad..... por eso el esclavo debería mirar siempre las botas del Dueño, fijas en ellas, no levantar la vista. de esa forma, la humillación y el control ejercido físicamente, repercutirá en el interior del perro, haciéndolo aún más sumiso, reforzando el hecho de que no es nada sin su Dueño.
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