a veces la crueldad de los Amos es sorprendente, perversa, maquiavélica. no basta con atar al esclavo, vendarle los ojos y amordazare, o ponerle pinzar en los pezones. lo peor es introducir la electricidad , aplicando electrodos a los testículos. la mayor sensación de sumisión viene cuando el dolor parece insoportable, y no puedes hacer nada por evitarlo. entonces la protesta y la rebelión se convierte en súplica porque sólo el Amo puede evitarte el dolor, solo El puede hacer que eso pare. lo perverso viene cuando el Amo te lleva a un punto más allá de donde crees que que tú mismo puedes llegar.
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