el día ha sido un aperitivo, un preámbulo, una preparación de cómo será cuando viva en la mazmorra del Dueño. a las once envió mensaje ordenando que me vistiera de cuero: pantalón, chaleco y botas altas. además debía amordazarme con dos tiras de cinta americana. así estaría cuatro horas y media. durante ese tiempo el Amo tendría acceso directo en todo momento mediante una cámara web. además tenía que grabarlo. de vez en cuando el Amo ordenaba algo, como pasar 15 minutos con las manos esposadas a la espalda. la idea del Amo era tener al perro controlado en todo momento.
cuando llegó la hora el perro había pasado por muchas emociones, desde la excitación hasta una cierta inquietud. permanecer vigilado y amordazado puede llegar a causar tensión, que se disuelva en cuanto el perro toca el cuero y piensa en el Amo observándolo. así es como el Amo quiere al perro y me ha dicho que así estará vigilado, todo el timepo.
al final ordenó el Amo que me ordeñase y así lo hizo el perro. como otras veces lo hizo a cuatro patas, desnudo ya y con las pinzas puestas. además lo grabó para enviárselo al Amo.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo.
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