sábado, 17 de noviembre de 2012

minirelato CL


todo el bar se había fijado en los moteros cuando entraron, con sus botas, todos vestidos de cuero. se sentaron en una esquina y todo el mundo volvió a la normalidad. él no podía apartar la vista de aquellos tios y los miraba disimuladamente. una hora más tarde tuvo que ir al baño. estaba vacío pero aún así entró en el reservado y se sentó en el retrete. de pronto la puerta se abrió de un golpe y delante suya estaba uno de los moteros. no pudo reaccionar, ni apartar la vista de esa cara inexpresiva que lo miraba fijamente. mientras daba un paso hacia dentro bajó lentamente la cremallera de su pantalón de cuero y la polla que quedó justo a su altura. no pudo hacer otra cosa sino metérsela en la boca y chupar. el primer gemido le indicó que lo estaba haciendo bien.

1 comentario:

Dom K dijo...

Muy real....