lo que más llama la atención a este perro de las jaulas, o las celdas con barrotes, es que el esclavo no necesita estar atado para estar aprisionado e indefenso. tiene cierta autonomía, dependiendo de lo grande que sea la jaula o la celda. un fuerte añadido a esto es que en la jaula el esclavo no tiene ninguna intimidad. cualquier cosa que haga se puede ver y observar, por lo que no tiene ni puede esconder nada. si además se le priva de ropa, entonces la sensación aumenta considerablemente.
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