tenía prohibido por el Amo usar las botas hasta el martes pasado, como castigo por no haber sido diligente con el Dueño, recordándole una cosa. fue un castigo duro y efectivo, porque sentía la vergüenza de no ser yo mismo, de ser lo que realmente soy. el martes pasado el Amo levantó el castigo y este perro está obligado a llevar botas permanentemente. es curioso porque resuenan mucho, el tacón especialmente, y llaman la atención. una vez un Amo me dijo que no debía avergonzarme de ese sonido, porque era el sonido de las botas, el sonido del fetichismo, de la masculinidad y debía llevarlo con orgullo. es una de esas ideas que se te quedan grabadas y que te marcan. sin duda las botas son el calzado más masculino que este perro conoce. además, para este perro, el sonido de las botas es el sonido de su Amo, de su Dueño, de su Señor.
obediencia ciega para el esclavo, poder absoluto para el Amo
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