martes, 25 de septiembre de 2012

cartas desde la mazmorra 60


aristóteles decía que la felicidad consiste en comportarse según la propia naturaleza de cada uno. esta afirmación lleva implícita dos cosas: conocer tu propia naturaleza por un lado, y comportarse según ella por otro. si tuviéramos que decidir tal vez ninguna de ellas sería fácil porque tanto el conocimiento como el comportamiento pueden ser desestabilizadores y amenazantes.
el proceso de autoconocimiento puede ser uno de los más duros a los que enfrentarse, no sólo por la dificultad de llegar a conocer algo de tí mismo en toda la maraña de pensamientos, ideas, sentimientos, prejuicios, precomprensiones a las que nos vemos sometidos. la mayoría no es capaz de decirse a sí mismo aquello que busca, desea, anhela y necesita. conocer tu propia naturaleza es descubrir de tí mismo qué es lo más íntimo y que te define por encima de cualquier otra cosa. para algunos es su trabajo, para otros, un rasgo de la personalidad y, para la mayoría, no es nada, sino el vacío, porque no pueden darle forma a aquello que les hace ser lo que son. entonces entran en la dinámica de que sean las marcas los que los definen. si tienes el valor suficiente para buscar eso íntimo y descubres que es algo relacionado con la sumisión y el bdsm, no todos tienen el valor de afirmar que desean estar de rodillas, o lamiendo unas botas, o que son sumisos y desean ser dirigidos, o, una vez tomado conciencia, que son esclavos y han nacido para ser gobernados, mandados y dominados por otros. decirte eso a tí mismo asusta, y mucho.
para muchos de nosotros ese elemento que nos aglutina y que algunos llaman naturaleza, es la esclavitud, la vida en sumisión, la vida de sometimiento a un hombre, o a una mujer, superior a nosotros. siempre estuvo ahí ese sentimiento de que todo tiene un orden y que nosotros estamos abajo y Ellos arriba, que ese es el orden que debe prevalecer y que no tiene que ver con el dinero, el prestigio o el poder que tengas en el resto de tu vida, sino con algo más profundo e interior que te lleva a vivir esa realidad. este proceso tiene su contrapartida en los Amos, que también tienen que hacer este camino de descubrimiento personal. ellos deben descubrir, aceptar y decirse, que han nacido para mandar, para ser obedecidos, para estar por encima de los esclavos, y esclavas, que los buscan y desean como fin último de su sumisión. a priori puede parecer mucho más sencillo pero no lo es. aceptar la sumisión de un esclavo y saber que tienes derecho a ella es un proceso bastante complicado que exige mucho trabajo personal. por supuesto hay psicópatas que confunden la dominación con la violencia gratuita, pero este perro no se está refiriendo a ellos.
siguiendo el planteamiento de aristóteles, uno puede conocer su naturaleza pero decidir no seguirla. el motivo principal de esto es el miedo: miedo a los demás, a lo que dirán, miedo a ser criticado y censurado, miedo a ir demasiado lejos, miedo a descubrir que realmente eres eso que has descubierto. en la mayoría de los casos el miedo hace que reprimas lo que eres pero a la naturaleza no se le pueden poner muchos cotos, muchos límites, siempre acaba saltándoselos y entonces explotas y buscas compulsivamente someterte. entonces, cuando has lamido botas, te han atado y te has sometido y tu yo interior se ha desahogado, vuelves a la situación anterior y el miedo lleva a la culpa. son esos esclavos que se prestan a una sesión y cuando terminan dicen que han sido un error. normalmente salen prometiendo no volver, pero siempre vuelven. son infelices porque no se comportan según su naturaleza, es la naturaleza la que les obliga a ellos. un pequeño grupo, que poco a poco vamos aceptando lo que somos, empezamos a aceptar esta realidad, buscamos un Amo o Ama que nos domine, oriente y enseñe, y nos sometemos, y aprendemos a vivir así, cada vez más profundamente, cada vez descubriendo cosas nuevas y cada vez intentando ser más sinceros con nosotros mismos. a veces hay pasos hacia atrás, y a veces grandes avances, como todo ser vivo. pero siempre, siempre, siempre, hay que intentar ser sincero con lo que eres. es la única forma de ser feliz.
feliz semana.

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